Fuego entre los Andes y el mar

por Nicolás Gutiérrez

Arde la región del centro-sur de Chile: hay 260 focos de incendios. Los vecinos señalan los estragos del cambio climático y de las plantaciones forestales. Miles de personas lo perdieron todo.

Fotos: Felipe González.

Febrero 2023

Miércoles. Las imágenes televisivas y virales mostraban la gigantesca nube de humo y varias columnas de fuego que acechaban los alrededores de Chillán, una ciudad del centro sur del país que es capital regional. Todos los medios humanos y técnicos se movieron rápido mientras el chileno promedio veía este inicio de tragedia como algo repetido: otro verano más con centenares de hectáreas arrasadas por incendios forestales.

El jueves el panorama mutó. Como si se tratase de un descenso planificado a través del mapa, comenzaron a aparecer diversos focos de norte a sur, en bosques, en plantaciones de árboles y siembras que en cuestión de horas se acercaron a los poblados. Uno de los brotes de fuego llegó a Santa Juana, un pueblo ubicado a 40 kilómetros de Concepción, una de las tres ciudades más grandes de Chile.

El viernes, cuando las temperaturas marcaban más de 35 grados en todo el centro sur del país, se desató la catástrofe. Las casas de la periferia semirural, los campings situados junto al río Lía fueron los primeros en ser devorados por una masa de fuego que en menos de una tarde quemó 10 mil hectáreas.

Uno de los hechos más impactantes fue el video de una familia que se lanzó a una piscina para refugiarse y no terminar quemada como todo el entorno, incluida su casa. En una ironía macabra, ese sector rural se llama Purgatorio.

- La gente trató de arrancar como pudo y salvar sus cosas, mientras los bomberos trataban de hacer lo que podían. Era todo una nube de humo y hollín -cuenta Evelyn Mora, abogada nacida y criada en el pueblo y que hoy trabaja en una institución pública.


Hubo quienes no pudieron ser más rápidos que el fuego: 24 personas muertas  y 16 con quemaduras graves. Una de las fallecidas fue Yessenia Muñoz, una bombera que acudió para reforzar a sus pares desde el cercano pueblo de Coronel.

En Santa Juana los damnificados suman al menos 4500, de un total de 13 mil habitantes. Son 4500 personas que quedaron sin casa, la mayoría fue trasladada a albergues temporales. Otros se niegan a abandonar sus campos aunque sus viviendas estén en el suelo.

- Hay una cuestión cultural, siempre ocurre que hay gente que prefiere cuidar lo poco que les queda, sus animales, su tierra -relata uno de los bomberos de las (apenas) dos compañías que hay en Santa Juana. Prefiere no dar su nombre, pero dice que lleva años combatiendo fuego en los veranos.

- Imagínese, somos un país de terremotos y maremotos, estamos al lado de los volcanes y más encima llevamos diez años de incendios forestales en más o menos los mismos lugares -agrega.

Según muchos pobladores, el fuego suele originarse por negligencia humana o por sujetos que lo encienden de manera intencional, y que el resto corre por cuenta del cambio climático y de un fenómeno que lleva un par de décadas en la región del Bío Bío: las plantaciones forestales.

La alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz, insiste en que los cultivos de pino y eucaliptos plantados por las grandes empresas forestales han depredado el suelo, las cuencas de agua de la zona y que su combustión es casi incontrolable cuando las temperaturas suben y surge la más mínima chispa.


- No hay un plan para el monocultivo, necesitamos que se regule y eso no lo hizo el Estado. La legislación que tenemos es horrible, no nos protege -dice.

De hecho, para llegar a Santa Juana hay que transitar por una carretera llamada “La Ruta de la Madera”, lo que hace elocuente cuál es la actividad productiva que más se mueve por esas tierras.

- Esto es un cementerio de árboles, de eucaliptos -dice el mismo poblador que se lanzó al agua con su familia.

Aquel viernes negro, en que el Gobierno reportó más de 60 nuevos incendios en cuatro regiones chilenas, todas en el centro sur, La Araucanía vivía su propio infierno. Esta región es el símbolo del conflicto entre comunidades mapuches que reivindican la propiedad y soberanía de las tierras contra empresas forestales y propietarios particulares dedicados principalmente a la agricultura. Ese mismo día fallecieron dos brigadistas forestales por la caída de un helicóptero que capotó cerca del poblado de Galvarino, uno de los más afectados del área que hoy está bajo el rótulo de Zona de Catástrofe.

Sin embargo, la situación más trágica se vivió en Purén. Históricamente este pueblo fue escenario de enfrentamientos entre mapuches y españoles durante la guerra de Arauco en el siglo XVI, que el soldado ibérico Diego Arias de Saavedra denominó “Purén indómito” en un conocido poema épico que relata su experiencia en el campo de batalla. Esa denominación es casi un slogan para Purén, y el fuego que se desató se comportó como tal: indómito. El comandante de Bomberos Reinaldo Espinoza dice que entre viernes y sábado vivió el miedo y desconcierto más grande de su vida: "no se lo deseo ni a mi peor enemigo”.


- En un momento, cuando obligaron a evacuar toda la ciudad, pensamos que realmente se quemaba el pueblo entero. Entre sacar a 11 mil habitantes, incluidas nuestras familias y esperar a que llegara la ayuda de otras comunas, la situación era insostenible -relata desde Lumaco, otro pueblo al que partió a ayudar una vez en su zona la situación fue controlada.

Durante el fin de semana el Presidente Gabriel Boric desplegó a sus ministros en las cuatro regiones afectadas y él mismo se hizo presente en Purén. Al ser interpelado por una pobladora, que lo acusó de estar allí “sólo para la foto”, el mandatario respondió: “tenemos a todos los ministros aquí porque queremos que vean en terreno y miren a los ojos a la gente y de esa manera el compromiso sea también existencial, que no se olviden de la gente que han visto”.

Hoy lunes 6 de febrero, en conferencia de prensa, el subsecretario de Interior, Manuel Monsalve, informó que en estos momentos hay 260 incendios, de los cuales 51 están en combate y de esos, 28 son considerados relevantes.

Esta semana está pronosticada una nueva ola de calor, caldo de cultivo para el fuego.. El bombero de Santa Juana, se seca el sudor mientras toma agua y dice que en años anteriores la gente no se moría en estos incendios y que ahora hay hasta remolinos de fuego:

-La gente ni siquiera alcanza a arrancar.