Tierra prometida - Julieta Santos

por Carolina Biscayart

Desde 2020 vive en Bariloche. Es poeta y narradora. Integra Las Guachas, editorial que acompaña y publica proyectos de escritura de mujeres y disidencias.  En esta columna, algunos de sus poemas.

Noviembre 2022

Sylvia Plath, habitada por un grito, enuncia: Una mujer arrastra, circular, su sombra, de un calvo platillo de hospital en torno, parece la luna o una cuartilla de papel intacto. Se diría que ha sufrido una particular guerra relámpago. Vive silente”. Necesita decir lo que ve en su mundo mujer. Algo no se ha acomodado todavía, no están las cosas bien y alguien debe decirlo. Pero si lo dice bajito, lo dice vulgarmente, nadie escuchará. Nadie. Busca entonces caleidoscopios en el lenguaje para medir el tiempo y el respirar con su propia vara, con todo el cuerpo: “Yo florecía como rama en marzo: una pierna y un brazo y otro brazo. De piedra a nube iba yo ascendiendo. A una especie de dios ya me asemejo”. ¿Alguien escucha ahora? ¿Importa acaso a quién le habla la poeta, si es que hay alguien del otro lado de la orilla?: “Y tú vas cruzando la hora de los peces, los siglos altivos del cerdo: dedo, testuz, pata surgen de la sombra. La historia alimenta”. El poema dialoga con el silencio, con lo que transcurre de la piel para adentro. Espera toparse con cuerpos tibios, que tengan algún idioma personal o cercano. Al final, el poema se eleva más allá de ella y de su destino. “Soy de plata y exacta. Sin prejuicios. Y cuanto veo trago sin tardanza tal y como es, intacto de amor u odio. No soy cruel, solamente veraz”

Julieta Santos como Sylvia invoca ese mundo mujer, la mirada ácida y dulce, el cuerpo, el grito, el abismo, el tiempo, los espejos jugando en otro ser o en el propio, las marcas, la existencia cuando dice: Requiero superficie para irme /una tarde/ cuando rebalse y precipite mi canto sus fronteras” y declama: “sangre muda /esta noche/ diré en un grito:/ ¡No yo! / ¡No madre! / ¡No estirpe!

Así, busca un modo de decir la vida: “escucho al mundo/latir interferido /es hora de nacer/” Pero se anima a cruzar más orillas dentro suyo, y mirarse, cuando por ejemplo expresa: “Ansié/un pezón de madre/que me salve”. Además de haber encontrado ya una voz propia y distintiva en matices, abre ventanas al final de sus poemas “me traigo de las rutas/molinos en las pestañas 
para dártelos un día”.

Por estas cosas y por las que ustedes descubran hoy aquí, una muestra de su poesía.

De “Tripacorazón”

TIEMPO

Culpo al tiempo
por no advertir
             /esa mañana/
no siempre es temprano 
aunque
cante un gallo.

Requiero
superficie
para irme
              /una tarde/
cuando rebalse y precipite
mi canto
sus fronteras.

Si clausuro esta obra 
cuando mi voz
sea esquirla
cuando sea
digo
sangre muda
             /esta noche/

diré en un grito:

            ¡No yo!
           ¡No madre!
          ¡No estirpe!

El tiempo es culpable.


PALABRA

Si yo Eva
y vos Adán
siempre uvas
nunca prole
             /apenas mundo/

Si yo Eva
y vos Adán
siempre motivo
nunca pecado
/solo serpiente/

Si yo Eva 
y vos Adán
discreto luto
jamás plegaria 
                /pero utensilios/

Si nosotros
tierra
infierno
agua
fuego
purgatorio
aire
jamás cielo ni concepto

            /aunque palabra/


DOCTOR

los hombres
se me mueren
y yo
no sé
qué hacer
con tanto
cadáver seco
incluso tibio
clavado
             ahí
en el palier: 
la cortina es
un flequillo
que disimula 
la podredumbre.

No soy capaz
de entrar
en casa
sin patear alguno.

Se acumulan 
como piojos
desde el patio
hasta mi frente,
arrugada
como hijo prematuro.

Intento correrlos
con delicadeza
para abrirme paso
pero
no siempre
tengo el tiempo
suficiente
o la paciencia
necesaria
así que cada tanto
los paso por arriba
con cariño
y sobre todo
con respeto,
no vaya a ser cosa 
que alguno
se levante
y me dé un susto de muerte.


A veces parece
que un cuerpo se mueve
y entonces digo
al aire,
como al paso,
“bendito tú eres entre otros, 
porque de ti
todo
            lo bla blé blí bló blú
y fundamentalmente
tu muerte es la mía”,
y con eso
ninguno nunca jamás
se volvió a levantar.

Cuando estoy triste
y pienso
en el amor y esas cosas
no entiendo,
¿soy yo?

Se me mueren,
Doctor.

¿Qué puedo hacer?

Los hombres
se me mueren
y yo cavilando,
si es por mi culpa,
por la cortina,
o por las ganas.

VARIACIONES II

un clímax desierto arbitra mi niño interior
niño despierto habita mi clima exterior
un hábito anterior despierta en mi niño


DE NIÑO

Ansié
un pezón de madre
que me salve
             desconsuelo 
             derrumbe
que me salve
y me de
otro final.

Estuve
con el esternón
partido por una congoja
de niño defraudado
que presionó mis costillas
durante siglos
hasta volverlas 
polvo viejo. 

No hay remate. 

Ansié, Madre, otro final.


TE ALIMENTO

Te alimento
criatura
con leche amarga
viciada de sueños
y horrores nocturnos
cortada con vidrios

             lo que no sé
             lo que no sabré
             lo que no puedo contar
             lo que nunca voy a entender
             lo que no puedo explicar 
             lo que nadie quiere escuchar
             lo que cualquiera podría decir
             eso que todos callan

si te suelto caigo 
te corto y sangro 
si te duermo sueño
te enseño y aprendo
si te paro andamos juntos
te escupo y me insulto
cuando llorás muero un poco
si reís me crece un brote


De “Templanza”

CELEBRA

Llega, distorsionada, la voz de la ausencia.

Tímidamente al principio,
desafortunadamente al final.

Con cerezas de timbre oxidado
y mechas de graciosas hebras algodonadas:

        nunca encendidas 
         jamás acariciadas.

Tiñen de cobre
un madero nuevo
y nos bañan de esquirlas ventosas
aquellos nubarrones insolentes.

No respetes consignas:
ritmo o arritmia da igual.

Cuando el más amargo vacío
llegue a colmar tu insomnio,
simplemente la entrega.

Desnudo el pecho,
roto el escudo,
lisa la espada,
llano el mentón,
quebrado el porte,
parco el oído,
hueca la idea,
débil el puño,
frágil la mueca,
tibio.

¡Celebra!

Vulnerable, al fin.


De Antología “Es tiempo de soltar la lengua”

NO QUIERO

Tu leche
no quiero
tampoco
la mía

Preñada
no quiero,
preguntas de mami
en grupa wasap
big data
mierda
en mi celular
         lactantes dormidos/
         parturientas crossfit/
         mamaderas piolas/

De recuerdo
no quiero
cordón umbilical
un wachín de abrojo
los pezones grises
de culpa y mandato
puerperio a escondidas
la panza tajeada
o la concha rota
tetas afiebradas
el pelo finito
y los dientes menos
-cada vez menos-
como si nada.

Vasectomizate:
prefiero mis trompas
libres de ataduras.

No quiero
tu leche:
quemala
tirala
tragátela vos.

No quiero
tampoco
rasgar endometrio
nudito en las tripas
cascarita seca
coágulo y espanto
no caben más cruces
en mi cuerpo no.

Tu leche
no quiero
no quiero 
la mía
          agria/
          sola/
           tibia/
          dulce/

No quiero de noche.

Abortar
no quiero.


De Antología “Paisajes de la infancia”

El mejor tobogán para una niña de nueve años
queda en San Antonio Oeste
es de metal
quien conoce sabe cómo llegar
se corta camino por el patio de la iglesia
sobre la calle Roca
desde el estacionamiento
pasar la cocina
atravesar la pequeña sacristía
abrir la puerta que da al altar
descender un escalón obligatorio
santiguarse mirando la cruz de frente
desandar la nave mayor
salir por la puerta principal
cruzar la avenida
llegar a la plaza.

Poemas Inéditos

PAISAJE

ESCUCHO AL MUNDO

Me sumerjo
escucho al mundo 
latir interferido

/es hora de nacer/

Nada estorba
si el reloj interno manda
respirar.


ORGULLOSO

Salí a fumar al balcón
el olor de esta noche fue
un recuerdo la humedad distinta,
como nueva,
me hizo viajar: veo tu senda gallega
el verdegris en los ojos
que cambia con el clima
como esas vírgenes del tiempo. 
Tuve un hijo lo conociste
ya enrosca tuercas
desarma cosas.

Estarías orgulloso.

PRUDENCIA 

Mi prudencia 
empieza con a

            /agua
             amor
            abrigo
           alimento /


lo demás
salir una mañana
cruzar cualquier umbral.


POR AHORA VIAJO

Tu muerte es
una ecuación irónica
más te extraño
menos te pienso
y viceversa.

Por ahora viajo 
me traigo de las rutas
molinos en las pestañas
para dártelos un día.


EL BUEN OJO

Las agujas
nunca se sueltan:
el buen ojo
calcula imperfecciones
el malo justifica 
una trama irregular.

Evito expectativas
soy una vuelta más
punto perdido
no tengo ni pido
juicio justo.


Ojomadre. Vozpadre. Tierraseca.

punto  e n      f      u      g          a

_____________________________________

Julieta Santos: Nació en Laferre, Provincia de Buenos Aires en 1982. Reside en la Patagonia desde 2020, en la localidad de Bariloche. En su niñez vivió en San Antonio Oeste desde 1990 hasta 1994. Es licenciada en Ciencias de la Educación, magister en Derechos Humanos y políticas sociales, y actualmente cursa un doctorado en Educación. Es miembro de Ediciones Las Guachas donde acompaña con otras compañeras proyectos de escritura de mujeres y disidencias, e impulsan su publicación. Coordina espacios individuales de corrección de obras. Publicó la novela Templanza (Irma), novela publicada por Editorial El Colectivo (2019) y el poemario Tripacorazón, publicado con Editorial Milena Caserola (2020). Textos suyos forman parte de las antologías Paisajes de la infancia. (Comp. Verónica Mateo y Pedro Santos de Luca, Poesía dominguera, volumen I. Ed. Cartografías. 2021) y Es tiempo de soltar la lengua. Poemas despenalizantes. (Coord. Tamara Padrón Abreu Ediciones Las Guachas 2019).