• Sabina Huentelaf-Mujer Rural de 90 años, peronista, vive en el campo en Colán Conhue.

  • Paisaje en Cerro Alto-Casa de Julia y Herminio Noche autoridades de la cooperativa Panquehuau.

  • Margarita Porma, presidenta de la cooperativa Amulein Com en Comallo.

  • Haydee Navarro, mujer rural que tienen su campo en Coli Toro Chico.

  • Julia Hermite de Cerro Alto, autoridad de la cooperativa Panquehuau.

  • Campo en Coli Toro Chico, en la propiedad de la familia Navarro

  • Haydeé Navarro y Rosa Torres, en el campo de la Familia Navarro, Rosa es Werken de la Comunidad Mariano Solo.

  • Margarita Porma, presidenta de la cooperativa Amulein Com en Comallo, alimentando a las gallinas.

  • Aldana, emprendedora rural en Dina Huapi.

  • Rosa es Werken de la Comunidad Mariano Solo. En su campo en Colán Conhue.

Mujeres rurales

por Eugenia Neme

No dicen supervivencia, simplemente están, viven y no se quejan por la soledad o el clima.

Texto: Santiago Rey

Enero 2022

Son mujeres. Son mujeres ocupando territorios y tareas que la mitología citadina históricamente atribuyó a varones. Son mujeres que no se quejan por la soledad o el clima. Son mujeres que perciben instintivamente el vínculo entre su hacer cotidiano y la supervivencia. Son mujeres que no dicen supervivencia, que simplemente están y viven. Son mujeres a las que les cabrían los revisitados retratos de manos curtidas, caras color del tiempo, pies de tierra y barro, siempre dichos por otros. Son mujeres que no leerán estas palabras -o que no les importarán. Son mujeres más allá del tiempo -mujeres de siempre.

Es mujer. Es mujer Eugenia Neme, que acercó su lente a esas mujeres. Es mujer y sus fotografías reflejan lo que no dice -para qué, si allí están. Es mujer y capturó con su cámara territorio, tareas, supervivencia, manos, caras, pies, tiempo.

Eugenia tiene 40 años. Nació en Tucumán y vivió toda su infancia en Santiago del Estero. Se mudó a Buenos Aires donde pasó 17 años, y en el 2013 se instaló con su familia en Bariloche, “buscando una mejor calidad de vida entre las montañas y los lagos que nos rodean”, dice.

Fue en Bariloche donde pudo dedicarse casi de forma exclusiva al fotoperiodismo.

¿Por qué mujeres rurales? “Durante estos últimos años -explica-, presenciamos procesos históricos, la reivindicación del campo y el surgimiento del feminismo. Estos dos procesos se unifican en el reconocimiento de las mujeres en el campo. Son ellas, quienes estuvieron invisibilizadas todo este tiempo, pero son los verdaderos motores del campo. Poder ser parte de esta visibilización, de este relato no hace más que hacerme una pequeña parte de un futuro mejor para nuestras hijas e hijos”.