Un nauseabundo líquido negro

por Diego Crova

Una obra de dragado en el puerto de Rawson, Chubut, despertó la indignación de los vecinos. El Ministerio de Ambiente de la provincia había alertado sobre el impacto ambiental, pero el Gobierno siguió adelante y regó la costa de sedimentos y residuos.

Fotos: Gentileza Anibal Aguaisol

Agosto 2023

El sábado 15 de julio la localidad de Playa Unión, Chubut, amaneció como cualquier otro día de invierno: con el mar calmo, poco viento y un tenue sol reverberando en las piedras mojadas. Solo algunos nubarrones, que asomaban por el horizonte de un diáfano cielo azul vaticinaban algo de inestabilidad.

Muchos vecinos aprovecharon el calorcito del mediodía para salir a caminar por el paseo costero. Un tramo de 4 kilómetros que une el inicio norte de la Av. Rawson con la escollera aledaña al puerto.

Pero ese no fue un día más para la comunidad. En cuestión de horas el paisaje se vio opacado. Un caño oxidado de 60 centímetros de diámetro estaba apuntando al mar, como un cañón medieval, lanzando un espeso y nauseabundo líquido negro directamente en la costa.

Aquella tarde, las imágenes y videos del caño escupiendo sedimentos comenzaron a inundar las redes. Más y más personas se acercaron a verlo con sus propios ojos. De un puñado de vecinos curiosos se pasó a un gran conjunto de personas. Todo era incertidumbre. Lo único que estaba claro era que algo no andaba bien. El color del líquido que se estaba arrojando, el repugnante hedor y los residuos que se agolpaban en el estribo del caño eran señales claras.

¿Qué era ese caño? ¿Quién lo puso ahí? ¿Qué estaba derramando y por qué?

Al cabo de unas horas llegaron las explicaciones. El macizo de acero había sido colocado en el marco de una obra de dragado que se estaba realizando en el puerto de Rawson. El objetivo: mejorar el ingreso, el egreso, y la navegabilidad de los barcos.

El puerto de Rawson está ubicado en la ribera norte del río Chubut, aproximadamente 600 metros aguas arriba de la desembocadura, a unos ocho kilómetros de la ciudad. Se trata de un puerto pesquero exclusivamente de dominio provincial. Su principal actividad se desarrolla de septiembre a marzo, época del mayor movimiento de buques que llegan provenientes de los puertos de Mar del Plata y Río Negro. Puede albergar más de cien barcos. No obstante, la flota actual está compuesta por 95 embarcaciones.

El volumen y el crecimiento progresivo del puerto demandaron obras de mantenimiento y operatividad que derivaron en el dragado. Si bien es una necesidad para todos los puertos, el último se realizó hace alrededor de 20 años, provocando una acumulación enorme de sedimentos.

Según el proyecto inicial, pretendían dragar más de 400.000 metros cúbicos de sedimentos, lo que equivale a 10 manzanas de 4 metros de alto de puros residuos, que serían arrojados directamente al mar.

En noviembre de 2021 la empresa SUDELCO ganó la licitación para hacerse cargo de la obra de dragado del Puerto Rawson. Requería una inversión de 559 millones de pesos y el plazo de ejecución era de 270 días.

Previo a comenzar los trabajos, la empresa debía realizar un informe de impacto ambiental, el cual, luego de ser aprobado por el Ministerio de Ambiente de Chubut, daría luz verde para iniciar la obra.

SUDELCO contrató a una consultora llamada RYTEC que en septiembre de 2022 expidió un informe dándole viabilidad al proyecto del dragado. No sin antes reconocer que habría impactos ambientales.

El propio informe advirtió, entre otras cosas, que: “Los suelos y sedimentos se verán afectados en gran medida por su reubicación sobre la costa de Playa Unión; la calidad del agua se verá directamente afectada por un previsto incremento de la turbidez y puesta en suspensión del material de fondo; la atmósfera del área de trabajo se verá principalmente afectada por un aumento en las emisiones de ruidos, gases de combustión y polvos en suspensión y existirá un desplazamiento temporal de la macrofauna que suele rondar las instalaciones portuarias (aves, lobos marinos, peces y otros)”.

De esta presentación surgió un dictamen realizado por los propios técnicos del Ministerio de Ambiente de Chubut. Ese equipo, dejó claro en un informe que era “necesario REFORMULAR el Documento Ambiental, solicitando la presentación de un nuevo ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL, para ser sometido a proceso de Evaluación de Impacto Ambiental según lo estipulado por la legislación vigente, que incorpore alternativas superadoras para la disposición final de los sedimentos, contemplando su potencial reúso e incorporando un diseño de monitoreo para agua y sedimentos representativo del sistema”.

Así las cosas, la obra debió frenarse en este punto, pero eso no fue lo que sucedió.

El Gobierno de Chubut aseguró que el informe de su propio equipo técnico “no era vinculante” y habilitó el inicio del dragado.

La presión social fue escalando. Desde que la obra de dragado se planeó, en 2001, hubo más de 95 presentaciones en la Justicia de vecinos, profesionales e instituciones que objetaron sobre el impacto que generaría. Pero estas voces se ahogaron en la espesa turbidez reinante.

Rápidos de reflejos, y ante la falta de respuestas de la empresa, los vecinos realizaron una asamblea y las conclusiones fueron claras:

“Nos oponemos a que la villa balnearia sea una zona de sacrificio” y “que se declare a Playa Unión Área protegida para la conservación de los paisajes terrestres y marinos con fines de hábitat”.

Además, arrojaron dos fuertes advertencias que invocan reminiscencias de la lucha contra la megaminería: “No hay licencia social para la contaminación” y “Playa Unión no va a ser una zona de sacrificio”.

En este contexto, el pasado lunes 17 de julio se convocó a una marcha en la plaza Guillermo Rawson de la capital chubutense. Desde todos los sectores se exigieron explicaciones y que se detenga la obra. La noticia se ramificó y llegó hasta los medios nacionales. Mientras tanto, el dragado seguía y una enorme ola negra se expandía por los primeros metros de costa del mar.

“Es terrible la situación, siempre lo mismo”, “En plena temporada de ballenas permiten esto”, eran algunos de los clamores que atravesaban la marcha.

Presionado por la marea de imágenes y videos, el intendente de Rawson, Damián Biss, presentó una medida cautelar en la Justicia para que se detenga el dragado. En la mañana del martes 18, la jueza Amorina Testino ordenó frenar la obra hasta determinar si los desechos vertidos al mar son contaminantes o no.

Si bien el dragado se detuvo, el conflicto no. La empresa a cargo de los trabajos pidió rescindir el contrato debido a los gastos que le está generando la interrupción de la obra. Todos los sectores coinciden en que el dragado es necesario, pero hasta que no se garantice que es ambientalmente viable no se va a realizar.

La medida cautelar que frenó el vertido de sedimentos es una insignia más que la comunidad chubutense logró en la lucha por la defensa del medio ambiente. Pero el cañón sigue allí, apuntando directamente al mar.